Faltan apenas un par de días para clausurar el BCN Film Fest y ya puedo decir, con toda seguridad, que mis expectativas han sido colmadas. La política, las injusticias sociales y los roles tradicionales han sido los principales temas a tratar en los títulos que os voy a comentar a continuación.
«El escándalo Ted Kennedy»
A pesar de mi cansancio matutino provocado por el sueño acumulado, la nueva película de John Curran ha resultado ser un thriller político la mar de estimulante.
La vida de Ted Kennedy (Jason Clarke) y su carrera política se descarrilaron después de un fatal accidente automovilístico en 1969, en el que el coche que él conducía se precipitó desde un puente a un lago y en el que perdió la vida su joven secretaria de campaña, Mary Jo Kopechne (Kate Mara).
La familia Kennedy siempre ha tenido un hueco especial en la cultura popular norteamericana, principalmente debido a su gran presencia mediática y, sobretodo, por su morboso componente trágico. El filme centra su historia en el más pequeño de los cuatro hermanos, Ted Kennedy, quien aquí juega el doble papel de protagonista y personaje principal. Aunque Jason Clarke no siempre consiga acertar a la hora de escoger papeles (especialmente en lo que a blockbusters se refiere), aquí demuestra una vez más sus dotes interpretativas dando vida a un personaje bastante, digamos, complejo. El guión nos describe a Ted como un oportunista y un inconsciente que, gracias a los medios de los que dispone, consigue salir indemne de lo que podría haber sido un linchamiento público.
Es quizás el arranque de la película lo que impide que «El escándalo Ted Kennedy» sea una película redonda. El primer acto no consigue ponernos en contexto con facilidad presentando a sus personajes, siendo Mary Jo la que peor parada sale del conjunto. El personaje de Kate Mara apenas comparte un par de breves escenas con Ted y, como consecuencia, apenas la llegamos a conocer a pesar de ser un factor determinante para lo que viene después, convirtiéndose en una mera víctima de la irresponsabilidad de nuestro protagonista.
El guión se encuentra mucho más cómodo cuando ve la oportunidad de abordar el tema de la corrupción política desde dentro, desvelando las estrategias que ejercen los asesores y abogados de Ted para que éste no acabe en prisión. Las malas decisiones del protagonista y la deficiente comunicación entre éste y su equipo da lugar a las mejores escenas de la película, salpicadas con cierta comedia negra. Es ahí donde el personaje de Joseph Gargan (Ed Helms) cobra importancia, ya que representa la voz de la razón para Ted y, en cierto sentido, cómo lo ve y juzga el espectador.
Finalmente, la cinta nos acaba dejando un regusto agridulce ya que, a pesar de tener bastante claro lo que quiere contar y cómo, se pierde al dejar ciertos frentes abiertos que no consigue aprovechar.
«A taxi driver. Los héroes de Gwangju»
Vamos con la primera y única película asiática de todo el festival. El carismático Kang-ho Song («El bueno, el malo y el raro«) protagoniza este entrañable drama que fue la apuesta de Corea del Sur para competir por el Premio a Mejor Película Extranjera en la pasada ceremonia de los Oscar.
En 1980, el taxista Man-seob (Kang-ho Song) ayuda a un reportero alemán llamado Peter (Thomas Kretschmann) a viajar desde Seoul hasta Gwangju para filmar y dejar constancia de la violencia desmedida por parte del ejército en plena dictadura.
Hun Jang nos trae una historia que consigue un envidiable equilibrio entre la comedia costumbrista y el drama más emotivo. Se nos presenta a Man-seob como un oportunista, tacaño y en muchas ocasiones un cuñao en toda regla, pero gracias a la naturalidad de la actuación de Kang-ho Song y el tiempo que se toma la película en presentarnos de forma adecuada su situación familiar y su entorno, resulta muy fácil simpatizar con él.
La relación que va estableciéndose entre el taxista y el reportero es uno de los pilares sobre los que se sostiene la trama, aunque quizás sea el más endeble de todos. El personaje de Peter queda bastante desdibujado en comparación con el de Man-seob, ya que aunque se le dedica tiempo en pantalla, apenas se llega a crear una conexión equiparable a la que podemos llegar a sentir con Man-seob.
Aun así, la cinta consigue tocarnos la fibra sensible gracias a su crudeza. Los altercados y disturbios entre el ejército y los ciudadanos de Gwangju se muestran sin miramientos, respetando el punto de vista de nuestros protagonistas, quienes apenas pueden hacer nada por impedir las injusticias que pasan ante sus ojos. El desconcierto, la impotencia y la posterior necesidad de ayudar al prójimo que siente Man-seob a lo largo de la historia nos alcanzan con una serie de disparos totalmente certeros. Imprescindible.
«Mi querida cofradía»
La crónica de hoy se cierra con un debut ligero y divertido. Marta Díaz de Lope Díaz se estrena en el mundo del largometraje con una comedia que consigue un buen equilibrio entre el humor costumbrista y un efectivo desarrollo de personajes.
Carmen (Gloria Muñoz) lleva más de 30 años desviviéndose por la hermandad de su pueblo y su sueño es convertirse en hermana mayor de la misma, siendo esto algo utópico en un círculo social aún en la actualidad representado por hombres principalmente. Después de producirse una votación, Ignacio (Juan Gea) es elegido hermano mayor y, tras un desafortunado accidente, Carmen lo deja inconsciente y tiene que esconderlo en su casa.
A pesar de contar con unos primeros minutos algo farragosos y ortopédicos debido a la imperiosa necesidad de presentar a nuestra protagonista rápidamente, la película consigue no repetir esos errores según avanza la historia, permitiendo que sea la química entre sus personajes la que nos lleve por ella. Aunque la trama pueda pecar de predecible en su planteamiento, sabe cómo darle la vuelta a algunos clichés del género para que no todo suene a ya visto, consiguiendo así causar más de una sonora carcajada.
Resulta sencillo identificarse con el personaje de Carmen, al igual que la variedad de secundarios que la acompañan, especialmente su hija y su vecina, quienes se convierten en cómplices de Carmen por accidente. Gloria Muñoz lleva con gracia el peso de la historia y sabe darle la naturalidad necesaria a los diálogos de su personaje. Quien merece una mención aparte es Carmen Flores, quien se encarga de dar vida a la vecina de Carmen y ser el principal alivio cómico de la película gracias a su candidez.
Poco más se puede añadir sobre esta entretenidísima comedia de enredos que añade una interesante lectura feminista a las tradiciones y los obstáculos que éstas pueden llegar a generar. «Mi querida cofradía» es un buen ejemplo de lo que puede dar de sí el género cuando se le da la vuelta de tuerca necesaria.
Así acaba esta estupenda jornada en el BCN Film Fest. Mañana no me esperéis que toca ir a ver no sé qué peli de superhéroes.