Hace unos días pudimos acudir al pase de prensa de la nueva película de Danny Strong (El Mayordomo, Los Juegos del hambre: Sinsajo (Parte I y II), un biopic basado en la vida de J.D. Salinger, mundialmente conocido por su obra literaria El Guardián entre el centeno.
Este largometraje que competirá en la segunda edición del BCN FILM FEST se titula Rebelde entre el centeno y está protagonizado por Nicholas Hoult (Mad Max: Furia en la carretera, A single man) y Kevin Spacey (American Beauty, House of Cards), además de un gran elenco en el que se incluye a Sarah Paulson, Víctor Garber y Hope Davis.
Resulta inevitable captar la atención del espectador desde el arranque de la película, dándonos a conocer los comienzos de Salinger (Hoult) en una clase magistral sobre la escritura y la ficción. Se respira el anhelo del escritor de convertirse en uno de los grandes, con sus talentosos relatos cortos que; por mala suerte o mala fe, nunca conseguía que fuesen publicados en los prestigiosos periódicos neoyorkinos. Sin embargo, el papel de Whit Burnett (Spacey), el profesor de escritura creativa, trata de hacer fuerte a Salinger preparándolo para el rechazo; posteriormente, Burnett será el único amigo que le quede a un sarcástico y –en cierto modo- desagradecido Jerome David Salinger.
El Guardián entre el centeno fue la primera novela del autor y por la que fue y sigue siendo reconocido incluso después de su muerte. Este largometraje no sólo gira en torno a ella; sino sobre la capacidad del autor para sobreponerse a los rechazos de los periódicos y editoriales a los que rondaba para publicarla. Es importante reconocer que el protagonista de su novela es él mismo, con unas cuántas obsesiones de más y unos años de menos: J.D. Salinger siempre fue Holden Caulfield, ese extraño chico que bebía demasiado y se sobrepasaba con sus dosis de sarcasmo; pero entrañable a su manera.
La historia del escritor atormentado ha sido contada una y otra vez, sin embargo, la historia de Salinger poseía cierto interés por haber sido un hombre cargado de carisma y talento, además de poder considerarse uno de los autores más influyentes del siglo XX. El problema que reside en el largometraje es que Rebelde entre el centeno le ha venido muy grande a Danny Strong. Este biopic no tiene nada de diferente en comparación con el resto de biopics que hayamos podido disfrutar en la gran pantalla; cae una y otra vez en agujeros de guion y tramas que finalmente no llegan a ninguna parte. No existe una correlación entre lo que se cuenta, lo que vemos y lo que conocemos de Salinger, el relato está vacío a pesar de los incansables intentos de mostrar al espectador el valor del autor.
La intención de Strong era la correcta, ya que es una historia que bien podría haber sido contada de la oscura forma a la que al propio Salinger hubiera conquistado; pero le han debido fallar todos los cálculos, ya que la película está infectada de clichés familiares sobre sufrimiento del artista atormentado que no puede escribir tras su intervención en la Segunda Guerra Mundial.
El convencionalismo con el que se trata la vida del autor en esta película sólo es superado por el incesante intento de empatizar con el protagonista, sin conseguirlo. Algo a su favor, es la magnífica interpretación de todos los integrantes del reparto y un gran diseño de producción; además de la falta de sentimentalismos innecesarios que permiten al espectador reconocer la frialdad del autor, un hombre que persistió hasta conseguir su objetivo: llegar al culmen de su carrera con una obra de arte literario como es El guardián entre el centeno.
Rebelde entre el centeno se estrena en cines el próximo 4 de mayo de la mano de Filmax y compitió en el Festival Internacional de Cine de Barcelona Sant Jordi, que se celebró entre los días 20 y 27 de abril en Barcelona.