The devil all the time o El diablo a todas horas en nuestro país, es una de las apuestas fuertes de Netflix este año; ya que este nuevo título entre las filas de la plataforma contiene elementos poco frecuentes en los largometrajes de Netflix.
La historia original proviene del libro de título homónimo, del autor Donald Ray Pollock; quien también tiene su papel fundamental en la película: es el narrador omnisciente.
El argumento es, cuanto menos, inquietante: Willard Russell (Bill Skarsgård) es un ex militar que vuelve a casa y se enamorará de Charlotte (Haley Bennett); con quien formará una familia y posteriormente nacerá su hijo Arvin (primeramente, lo interpreta Michael Banks y a posteriori, Tom Holland). Todo se torcerá cuando las cosas se compliquen en la familia y el hilo argumental se convierta en una pesadilla de fanatismo religioso, además de con la llegada del nuevo predicador Teagardin (Robert Pattinson).
Confluyen dos subtramas dentro de la principal en El diablo a todas horas: la del policía corrupto (Sebastian Stan) con serios problemas comportamentales con su hermana Sandy (Riley Keough) y la subtrama de Sandy, esposa de Carl (Jason Clarke), fotógrafo que muestra tener un siniestro pasatiempo.
La violencia y la oscuridad del alma de algunos de los habitantes de un pequeño pueblo del Ohio profundo darán paso a una oleada de actos impuros dentro de la localidad. El diablo a todas horas es una película cocida a fuego lento, con una incesante variedad de conductas que parecen alejar a nuestros protagonistas, de Dios. El fanatismo religioso es uno de los temas principales de la película, ya que existe la doble moral del lobo que se disfraza de oveja de un pequeño rebaño aparentemente dócil.
Lo que más me ha entusiasmado de El diablo a todas horas es cómo su director, Antonio Campos, ofrece una de cal y una de arena. Si los espectadores esperan ver una obra de ficción de acción tal y como se conoce el género; es más probable que Netflix ofrezca una gran variedad de títulos, pero no es lo que vais a ver aquí.
La atmósfera del largometraje introduce al espectador como si fuese el propio narrador omnisciente, somos uno más dentro del rebaño del pastor del pueblo. Como mención especial, el personaje de la hermanastra de Arvin (Tom Holland); Lenora (interpretada por Eliza Scanlen) tiene absolutamente todas las papeletas para ser el nexo de unión entre el cielo y la Tierra, dentro del marco de fanatismo radical y soberbio que impregna toda la película.
El diablo a todas horas tiene un reparto de lujo, encabezado por Tom Holland, con secundarios del nivel de Robert Pattinson, Sebastian Stan, David Atkinson, Jason Clarke, Harry Melling o Mia Wasikowska. Este thriller psicológico se sitúa en el marco de los años 50 y 60, por lo que el entorno rural se ve caracterizado en esta época.
Este largometraje tiene una duración de 138 minutos, sin embargo, los personajes son tan atrayentes y están tan bien caracterizados (tanto en el marco físico como en el psicológico) que realmente, aunque la película tenga esta duración, no se hace pesada en absoluto.
El diablo a todas horas es una película cruda en la que el espectador no va a poder desviar la mirada en ningún momento, ya que la carga dramática es tan intensa que desde el principio, te importará lo que le pase a cada uno de los personajes. Siendo más propia de la plataforma independiente Filmin, este largometraje producido por Jake Gyllenhaal tiene algo muy especial que, aunque puede que no sea para todo el mundo; es muy digna de ver. Brillante.